con la muerte de un grande empalidese nuestra desazón y ya no hay razón para morir sin saber lo que sería ser un arbol hoy en vida, una hoja que coja se posa sobre la palestra gritandonos, no abuses de ella, no abuses de mi..no te sonrías cuando te duela la pasion, los odios añosos y añejos de tanto oir lo que ya nadie quisiera decir..
Salud a la poesía y a una popesía q por ahí se retuerse de no tener a quien oir, a quien empujar o con quien soñar.
Seríamos libres si viajásemos buscando un nunca más. Pero pecamos en continuo porque tememos olvidar; no quiero dejar, y sufro de mendigar. De regalarme a toda hora por una sonrisa y de soñar con los ojos cerrados al viento que me traspasa cual hoja que este otoño al fin dejara de ulular desde su tallo hasta el precipicio de la critica, la incertidumbre, el acorde y la melodía, que si no es día es osadía que dicta y duerme cuando no hay reposo del ocio que escazo suelo nos penetra desde lo que no hemos hecho ni andado, ni mucho menos confesado.
gracias gran poeta por existir, por contarme que se puede contar, que UNO no se puede salvar y que viceversa, hasta hoy, más, siempre será el azar.
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